Especial para Claridad
Cuando Rafael Hernández Colón inició sus gestiones para el nombramiento de un nuevo comité ad hoc sobre el status político recibió una respuesta muy fría en la Casa Blanca. Recuérdese que al ser electo gobernador, Cuchín dijo que tan pronto tomara posesión se entrevistaría con el presidente de Estados Unidos Richard Nixon para discutir lo relativo al “crecimiento del ELA”. La entrevista nunca se ha realizado y no es porque el incumbente de La Fortaleza no la haya pedido. es que no se la han concedido. Richard Nixon, manifestando esa soberbia imperialista que no excluye de sus efectos a sus propios títeres, refirió a Cuchín a uno de sus ayudantes.
A la altura del mes pasado, Hernández Colón estaba muy pesimista sobre las posibilidades de que la Casa Blanca accediera a nombrar el comité ad hoc. Luego sus expectativas se tornaron peores debido al cabildeo politiquero de Luis A. Ferré y Carlos Romero Barceló que, aprovechando sus vinculaciones con el Partido Republicano, se fueron a Wáshington a tratar de sabotearle la gestión al gobernador. Los dirigentes del PNP insistieron en que se cumplieran primero las recomendaciones del comité ad hoc sobre el voto presidencial, de celebrar un referéndum en torno a ese embeleco antes de que se nombrara uno nuevo. Y estuvieron a punto de lograr su maniobra.
De momento, cambió el panorama y la Casa Blanca designó a dos delegados para reunirse con Hernández Colón en La Fortaleza y sentar las bases del nuevo comité ad hoc. Sorpresivamente, se anunció la próxima constitución de ese nuevo comité que estudiará todas las relaciones de Estados Unidos y Puerto Rico para hacer recomendaciones de cambios. Claro está, se le pone de antemano la tranquilla de que los cambios recomendados deberán limitarse a aquellos que no afecten “la defensa común, el mercado común, moneda común y ciudadanía común”. Eso es como decir que se examine todo menos las bases mismas de nuestra subordinación colonial.
Más sorprendente aún, Luis A. Ferré y Carlos Romero Barceló, que habían estado haciendo lo indecible por impedir la creación del comité, hicieron inmediatamente declaraciones respaldando la constitución del mismo.
¿A qué se deben esos cambios tan repentinos en las actitudes de Wáshington y los republicanos de aquí? ¿Será al poder persuasivo de Jaime Benítez, como dice Alexander W. Maldonado? ¿Desde cuando un beodo incoherente ejerce tanta influencia en la Casa Blanca y el liderato del PNP al mismo tiempo?
Obviamente, lo que ha pasado es algo mucho más significativo e importante, que convenció al gobierno de Estados Unidos de la necesidad de hacer algún indicio público de que se está bregando con la cuestión del status político de Puerto Rico.
Recordemos que hace un par de meses la prensa publicó un despacho de Wáshington en que fuentes del Departamento de Estado aseguraban que este año no se tocaría el caso de Puerto Rico en el comité de descolonización de Naciones Unidas. Recuérdese también que poco tiempo después fuimos a la ONU una delegación conjunta del PSP y el PIP y entregamos al presidente del comité de 24 un documento denunciando los planes genocidas del superpuerto y el complejo petrolero. En el mismo solicitamos acción urgente del organismo internacional para detener estos planes, cuya realización equivaldría a frustrar el proceso de descolonización en Puerto Rico. La delegación conjunta celebró una conferencia de prensa en la ONU y visitó a varios delegado de los que integran el comité especial. Varias semanas más tarde volvimos a la ONU y nos reunimos con los miembros del comité que votaron favorablemente la resolución sobre Puerto Rico.
Todas esas gestiones y muchas otras más, junto a la lucha creciente que se desarrolla a nivel nacional aquí, hicieron que el comité colocara la agenda el caso colonial de Puerto Rico para el presente mes de agosto. La discusión va a tener lugar dentro de las próximas semanas.
La rápida maniobra del comité ad hoc es una respuesta de Wáshigton a nuestras gestiones ante la ONU. Con ello pretenden engañar nuevamente a la comunidad internacional, haciéndoles creer que el destino de nuestra patria se negociará bilateralmente por representantes de Puerto Rico y Estados Unidos con una agenda abierta. De esta manera, creen los peritos de la política colonial yanqui, pueden convencer a la asamblea general de la ONU que lo más razonable es mantener manos afuera de la situación puertorriqueña, por los menos mientras ese comité ad hoc hace sus recomendaciones. Así, piensan que será posible derrotar las recomendaciones del comité de descolonización sobre Puerto Rico en la asamblea general e el otoño próximo. Y como consecuencia de todo lo explicado, Hernández Colón y el Partido Popular ganaron la migaja del comité ad hoc por carambola.
En la próxima edición explicaremos, no obstante por qué no va a funcionar la engañosa maniobra imperialista que hemos descrito.
7 de agosto de 1973