Especial para Claridad
Ninguna agrupación política puertorriqueña ha sido capaz de reflejar con bastante exactitud la diversidad de opiniones de sus miembros y allegados como lo hizo el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) en su asamblea extraordinaria del 24 de agosto pasado. Los centenares de participantes en el evento se manifestaban personal o públicamente durante toda la duración del acto con análisis contradictorios. Los había —yo diría que fueron muchos— los que expresaban tal rechazo a la politiquería prevaleciente en el país que están decididos a no ir a votar. Otros se proponen votar candidaturas en las tres papeletas. Estos podrían haber sido los más. Unos procos —no tantos— creen que debe votarse por el PIP, al menos en la primera papeleta, para mantener viva una franquicia independentista, aún cuando se oponen fuertemente al sectarismo y cerrazón organizativa de la cúpula gobernante de ese partido. Muchos, aunque no creo que fuera la mayoría, piensa votar por el Partido Popular. Incluso se me acercó un toabajeño que me preguntó si era cierto que yo me considero amigo de Aníabe Vega Borges a lo que contesté en la afirmativa e inmediatamente me dijo que él va a darle el voto al alcalde en señal de aprobación a su obra alcaldicia. No creo que abundaran los votos sueltos para candidatos del PNP entre la concurrencia. No tengo dudas de que todos, sin excepción, los presentes en la asamblea son independentistas de verdad.
Lo que debemos tener claro es que, en nuestra historia, ha sido siempre el independentismo el que ofrece las primeras señales de nuevas tendencias de avance en la articulación política del país. La señal inequívoca que nos dio la reciente asamblea del MINH es que los partidos políticos electorales, en el Puerto Rico de hoy, están atravesando por diferentes grados de crisis. Van camino a la fosilización definitiva. La razón es múltiple, pero puede percibirse un denominador común que es causa de la crisis de todos ellos. Pero tampoco está esa crisis tan bien definida que debamos esperar su reflejo pleno en los comicios de noviembre próximo. Lo que sí podríamos anticipar como desarrollo lógico de las tendencias existentes es que las de este noviembre podrían ser las últimas que se verán con el esquema prevaleciente durante mas de medio siglo desde la fundación del ELA. Y se que éste deja al arbitrio del gobierno de Estados Unidos y sus tres poderes constitucionales las decisiones importantes que afectan la vida política, económica y social del pueblo puertorriqueño. Por eso seguimos bajo un sistema colonial, que está proscrito en el Derecho Internacional prevaleciente en el mundo de hoy.
Los directivos del MINH traían como su principal propuesta para la asamblea que se anulara con una raya general la primera papeleta en los comicios de este año. Esa recomendación fue rechazada por la mayoría de los participantes en la asamblea. Lo(a)s tres correspondientes, compañeros Héctor Pesquera y Julio Muriente y la compañera Sonia Cepeda aceptaron el dictamen mayoritario sin protestar, lo cuál indica un legítimo espíritu democrático en ellos, que debemos aplaudir, porque esa es una actitud que es completamente diferente a las de los presidentes y portavoces de los partidos políticos existentes.
Con ese espíritu de amplitud y apertura completa a la discusión de nuestros graves problemas y sus soluciones, podría ser el MINH la organización idónea para convocar al independentismo en todas sus tendencias, grupales o individuales, pasadas las elecciones de noviembre próximo para plantear, deliberar y decidir lo que debe hacer el independentismo en el impulso, defensa y orientación del proceso de reagrupamiento político inevitable. Este requiere, satisfacer las necesidades básica del pueblo puertorriqueño. Eso será necesario independientemente de quienes ganen o pierdan las elecciones de noviembre próximo, cuales partidos sobrevivan y cuales desaparezcan (si algunos) y a quienes corresponderá organizar la legislatura próxima, su única función dar paso a la asamblea legislativa unicameral mandatada por el electorado que votó al respecto y cuyo mandato ha sido violado por la mayoría legislativa de ambas cámaras actuales.
Lo que no habrá de decidirse en los comicios de este año es si debe tolerarse más el marco de autoridad basado en la fuerza que ejerce el gobierno de Estados Unidos sobre el pueblo puertorriqueño y hasta cuando vamos a seguir consintiendo con nuestra inacción que tal violación al derecho de libre determinación de los puertorriqueños siga operando impunemente. A esos efectos, será asunto prioritario del reagrupamiento político por el cual lucharemos, el conjunto de medidas educativas que debemos poner en práctica para sacar del estado de idiotización en que se ha colocado un sector cuantioso del pueblo que le reconoce legitimidad a la llamada ley y orden federal (fuerzas armadas, incluyendo el “Home security”, leyes del Congreso norteamericano que nos imponen limitaciones onerosas que obstaculizan y hasta impiden nuestro real desarrollo sustentable y adjudicación por un tribunal de carácter extraterritorial ya proscrito en el mundo entero, que bajo la farsa de Tribunal Federal realiza continuamente una cadena de opresiones contra los boricuas, como el asesinato de patriotas, el encarcelamiento a su antojo de puertorriqueños que reclaman pacíficamente la reivindicación de sus derechos e invaden cada vez que quieren la privacidad de hogares, oficinas y negocios de líderes sindicales, comunitarios y civiles de campañas y acciones en pro de nuestras aspiraciones mayores.
Lo que le hace falta al MINH para poder cumplir a cabalidad esa función de convertirse en la línea de frene de nuestro pueblo a partir del 2009 es echar a un lado para siempre su compulsiva preocupación por la pequeña política electoral en que e atrapa el debate mediático del país. Lo logrará si alcanza a dirigir sus metas más allá de las cámaras televisivas y los micrófonos radiales y concentra su esfuerzo al contacto real, insustituible, con el pueblo —como diría Manrique Cabrera— para sacar a nuestros paisanos de la atención a las minucias que ofrecen los politiqueros. Dediquémonos a producir noticias como deben ser, y no meramente como son. Verán como entonces las cámaras y los micrófonos nos seguirán los pasos. Y el meollo de las noticas, como ocurrió con Vieques, inundará las conciencias de todos los puertorriqueños.
2 de septiembre de 2008