Especial para Claridad
La esquina del director-fundador

Para enfilar a Puerto Rico a empezar a resolver en serio sus problemas fundamentales —políticos, económicos y sociales— no hacen falta partidos ni elecciones en este momento histórico. Lo que necesitamos es alcanzar consensos de acción civil acertados. Por eso logramos la salida de la Marina de guerra de Estados Unidos, de Vieques y de Roosevelt Roads, sin necesidad de partidos ni de elecciones. Lo mismo ha de aplicarse a la solución de los problemas mayores del país. Nada impide que los adictos a la pequeña política de los partidos y los candidatos independientes, así como a la búsqueda de alianzas electorales para el año 2008, puedan seguir transitando por esos caminos sin salida, hasta que la realidad les obligue a virar en redondo hacia la gran avenida del consenso nacional. Tampoco debemos entrar en grandes polémicas con ellos. Cada cuál tomará el tiempo que corresponda a sus circunstancias acercarse a la gran avenida. Les anticipo que llegarán. Confío que será a tiempo, para que no se pierdan por los viejos atajos, ya truncos.

Algunos de los comentaristas y analistas más lúcidos de nuestras realidades nacionales, ya están empezando a dirigir el debate por turas certeras.

Noel Colón Martínez lo hace continuamente con acierto y muchísima cautela en sus comentarios en CLARIDAD. A él se unen en líneas parecidas, aunque no idénticas, Manuel de J. González, Perla Franco, Carmen Ortíz Abreu, Roberto Pagán, Héctor Pesquera y el director de nuestro semanario Gervasio Morales, desde sus columnas.

El economista Francisco Catalá ha estado diciendo y escribiendo lecciones de extraordinario valor para todo nuestro pueblo tanto en entrevistas radiales como en este periódico y en otros órganos de prensa. En todos ellos analiza con mucha precisión los vínculos existentes entre nuestra relación de subordinación colonial con Estados Unidos y los graves problemas sociales y económicos a los que se enfrenta el país crecientemente.

El publicista Ángel Collado Schwarts —ahora parece estar liberado en gran medida de las obligaciones empresariales que por años concentraron su gran capacidad creativa— está educando al pueblo puertorriqueño, tanto en su programa radial semanal La Voz del Centro como en sus columnas en la prensa, mediante la explicación de cómo es que pequeñas nacionalidades como la nuestra, Singapur e Irlanda, así como Estonia y otras, han logrado, mediante el uso acertado de sus poderes soberanos, elevar sus niveles de vida e ir resolviendo los problemas sociales que antaño les afectaban como resultado del sub-desarrollo  y la dependencia colonial, hasta el punto de estar ahora entre los países de mayor prosperidad y calidad de vida del mundo. En su último escrito publicado en la prensa, Ángel nos lleva a conocer, inclusive, cómo es que hasta en algunos estados de Estados Unidos está tomando auge el movimiento hacia la independencia, como es el caso de Vermont, donde ya el independentismo tiene el apoyo del 13% de la población (¿más que en Puerto Rico?), porque entienden que al ser parte de un estado dinosaúrico como Estados Unidos, les dificulta su plena integración al mundo y les contamina con los enormes problemas que confronta el gigantesco estado norteamericano.

Por la ruta de estos comentaristas y analistas, que han  empezado a salir de las estrechas veredas del debate electoral, que aquí se extiende todo el cuatrienio como si los resultados de las elecciones ordinarias fueran a hacer la diferencia entre el estancamiento económico y el deterioro social en que se va hundiendo el país, es que podemos retomar con seriedad y aplomo la gran avenida del consenso nacional. Y será por esa avenida que de verdad comenzaremos a enderezar a nuestro querido Puerto Rico hacia su reconstrucción política, económica y social, que solo se logra integrándonos  al mundo desde la independencia hacia la interdependencia.

 

2 de julio de 2007