Comentario publicado el 21 de septiembre de 1969, CLARIDAD Año X1, Núm.225.
A la altura de 1969, Lares es mucho más que un grito. La gesta independentista de 1868 había pasado casi inadvertida por el primer medio siglo de historia, tras la represión que ahogó su glorioso objetivo libertario. Un cronista de la época, con ínfulas de historiador y estrechez de bachiller, lo calificó de mera algarabía.
En 1927, había ya suficiente distancia cronológica y circunstancial del grito para despreocupar al régimen vigente respecto al gigantesco potencial de su eco. Ocurrió así que, reducido a mero folklore pueblerino, el propio gobierno alentó su conmemoración. Se levantó en la plaza de Lares un obelisco grotescamente enano, como para echarnos en cara para siempre el carácter abortivo del grito.
Varios años después, al comenzar la década siguiente, Albizu Campos inició el redescubrimiento de Lares como símbolo de la lucha por la independencia de Puerto Rico. Junto al fetídico monumento, Albizu sembró un tamarindo de abolengo Bolivariano, traído del patio del Libertador. Maestro en la utilización de símbolos para insuflar amor propio a nuestro pueblo, Don Pedro quiso –en esa siembra sencilla- imprimirle a Lares la dimensión histórica de la gran epopeya independentista de nuestra América.
El Partido Nacionalista organizó, año tras año, la peregrinación patriótica a Lares del 23 de septiembre, en la Plaza de la Revolución Don Pedro Albizu Campos hizo de sus discursos más enjundiosos.
Tras la violenta represión del Nacionalismo, el peregrinaje a Lares se menguó. Hubo ocasiones en que el 23 de septiembre, solo un puñado de abnegados nacionalistas y comunistas trepaban la cuesta del Anón hacia la iglesia, el cementerio la Plaza de la Revolución, cumpliendo escrupulosamente todo el itinerario Albizuista de tiempos mejores.
En 1960, cuando alboreaba la nueva lucha de independencia en medio de una gran crisis del movimiento patriótico, la tribuna lareña del 23 de septiembre fue escenario de un ardoroso llamado a la unidad por parte de varios oradores. Ese llamado fecundó en la constitución, meses después, de la Mesa de Lares. Unión de los Independentistas Puertorriqueños que –bajo la presidencia de Carlos Carreras Benítez- se constituyó en la casa de nuestro compañero Alejandro Sella con participación de todos los partidos y agrupaciones de filiación independentista del momento.
Al año siguiente, organizada por la Mesa, la conmemoración del Grito de Lares volvió a ser multitudinaria. Lares se convirtió, además, en símbolo de la unidad patriótica, no empece las dificultades que en algunos años de esta década han impedido la celebración conjunta.
En 1967, desde tribuna propia, el Movimiento Pro Independencia hizo un llamado a organizar unitariamente los actos conmemorativos del Centenario, bajo la presidencia de Monseñor Antulio Parrilla Bonilla, y con la participación de delegados del Partido Nacionalista, Partido Independentista, Liga Socialista, Partido Comunista, y Movimiento Pro Independencia, además de un nutrido grupo de personalidades independientes.
El día del centenario Lares presenció la más grande celebración de su historia. Más de treinta mil patriotas de toda la Isla y de Nueva York peregrinaron al santuario nacional donde nació, en forma definitiva, la lucha de independencia de Puerto Rico. El acto fue apoteósico. Por un día, los independentistas sentimos la emoción plena de la patria libre.
El centenario selló definitivamente el carácter unitario, multitudinario y patriótico del peregrinaje nacional a Lares los 23 de septiembre. Ya nadie puede impedir que así sea. Por encima de los líderes de partidos y grupos, el pueblo patriota impone ahora el carácter unitario de la celebración. Tal es lo impone ahora el carácter unitario de la celebración. Tal es lo que está ocurriendo este año. Sin necesidad de elaborados preparativos, millares de boricuas abandonan sus quehaceres para ir Lares. Y esa multitud de peregrinos no está dispuesta a permitir que se adultere el sentido de Lares. Apréndalo bien el régimen, los incondicionales y los traficantes de ilusiones populares: Lares es la génesis de la Revolución Puertorriqueña, y este año y los próximos, servirá para impulsar una masiva voluntad de lucha hacia la forja definitiva de esa revolución.